Resumen
Objetivos El objetivo de esta investigación es estudiar el dolor posterior a la aplicación
de punción seca (PS) y electrolísis percutánea (EP) en puntos gatillo latentes de
la musculatura extensora de la región posterior del antebrazo.
Material y métodos Se llevó a cabo un estudio piloto pre-test/post-test donde 15 voluntarios con puntos
gatillo latentes en la musculatura extensora de la región posterior del antebrazo
fueron distribuídos de forma aleatoria en un grupo A que recibió tratamiento con punción
seca y un grupo B que recibió tratamiento con electrólisis percutánea. Previa y posteriormente
se realizaron algometrías en el lugar donde se situaba el punto gatillo y tras la
intervención se pidió al paciente la cumplimentación de dos escalas visuales analógicas
(EVA) para evaluar dolor durante la intervención y una segunda para medir el dolor
una vez que se había extraído la aguja. También, se llevó a cabo la misma escala pasadas
24, 72 horas y 1 semana desde la punción. El análisis estadístico se realizó con el
programa SPSS versión 24.0, valorando la normalidad de las variables mediante la prueba
de Shapiro-Wilk, teniendo en cuenta que la muestra fue inferior a 50 sujetos. Se consideraron
normales los valores de p > 0.05.
Resultados La Anova mostró un efecto significativo en el tiempo en cuanto a la disminución en
la EVA tanto en el grupo de PS (P < 0.001), como en el grupo de EP (P < 0.001). Por
el contrario, no se observó interacción grupo tiempo (P = 0,824), descartando diferencias
estadísticamente significativas entre el grupo de PS y el grupo EP. La T de Student
mostró una disminución del umbral de dolor a la presión significativo entre la algometría
pre y post tanto en el grupo de PS (P < 0.001) como en el grupo de EP (P < 0.003).
Sin embargo, no mostró diferencias estadísticamente significativas entre ambos grupos
en la algometría pre y post (P = 0,457).
Conclusión Todos los pacientes han presentado dolor post-punción, sin que se hayan observado
diferencias significativas entre la PS y la EP, siendo el momento de dolor más intenso
los minutos siguientes a la punción, disminuyendo sin grandes diferencias hasta llegar
a 0 en la gran mayoría de los casos a las 72 horas. Ninguna de las dos técnicas intensifica
el dolor a la presión de una forma significativamente diferente. No se ha observado
relación entre un mayor número de Respuestas de Espasmo Local (RELs) con el dolor
post-punción. Sí existe una correlación entre el dolor experimentado durante la intervención
y el dolor pasadas las 24 horas desde la punción.
Los niveles de dolor post-intervención secundario a la aplicación de EP y PS en puntos
gatillo latentes de la musculatura extensora de la región posterior del antebrazo
no presentan diferencias significativas entre los sujetos de estudio en ambos grupos
de intervención.
Palabras clave
síndrome de dolor miofascial - dolor post-punción - punción seca - electrólisis percutánea