Palabras clave
tendinopatía rotuliana - dolor - lesiones del tendón - VISA-P - umbral del dolor a
la presión
Introducción
Las alteraciones de la relación entre estructura y fisiología del tendón pueden dar
lugar a diferentes cuadros clínicos de tendinopatía, la cual se caracteriza por dolor
y disfunción del tendón. En ese sentido, se considera que el aumento de diferentes
sustancias sensibilizantes en el tendón, puede contribuir a la tendinopatía de forma
significativa.[1] Ese aumento de sustancias sensibilizantes estaría directamente relacionado con la
respuesta a determinados tests exploratorios como el dolor a la palpación o la disminución
del umbral de dolor a la presión.
La tendinopatía rotuliana (TR), a menudo se presenta clínicamente como un dolor localizado
en la inserción proximal del tendón rotuliano en la rótula. A pesar de que su prevalencia
es difícil de determinar ya que los que la padecen habitualmente pueden seguir entrenando
y compitiendo,[2] un estudio llevado a cabo con atletas amateurs jóvenes demostró que la prevalencia
de TR varía entre diferentes deportes, y que los jugadores de baloncesto tenían una
prevalencia del 31,9%.[3]
[4]
[5]
En jugadores profesionales de baloncesto, el dolor en el tendón rotuliano llega a
limitar su rendimiento a la hora de entrenar, provocando que muchos jugadores tengan
que disminuir su nivel de entrenamiento y competición durante largos periodos de tiempo,
con la consecuente pérdida de capacidad física.[4] Las intervenciones del fisioterapeuta incluyen actualmente medidas de prevención,
un diagnóstico precoz, y el tratamiento de la TR.[6] La sensibilidad del tendón a la palpación es uno de los signos clínicos más utilizados
en el diagnóstico de TR, aunque no ofrece al clínico certidumbre diagnóstica como
pueda hacerlo el examen ecográfico.[7] Sin embargo, estudios más recientes muestran[8] que una presión de 3,75 kg, puede ser usada como test discriminatorio entre jugadores
no profesionales sanos y con TR.
La mayoría de los estudios de validez y fiabilidad de UDP han sido llevados a cabo
con jugadores amateurs y jóvenes, así como en atletas ocasionales[5]
[8]
[9] pero se desconoce si esos datos pueden ser extrapolados a jugadores profesionales
de baloncesto para determinar la presencia de TR o en qué medida el UDP puede ser
útil a nivel diagnóstico en esa población. Además, a pesar del amplio uso del UDP
en la valoración, se desconoce si otras variables pueden influir en los resultados
de este test y su precisión para discriminar entre rodillas con o sin TR.
El objetivo principal de este trabajo es identificar si el UDP puede ser usado como
prueba diagnóstica de TR en jugadores profesionales de baloncesto, bien de forma aislada
o en combinación con otros tests. Nuestra hipótesis es que el test UDP tiene una aceptable
precisión discriminatoria para el diagnóstico de la TR y que dicha precisión mejora
si se consideran otras covariables significativas.
Material y Métodos
Diseño del estudio y participantes
Estudio observacional realizado en jugadores profesionales de baloncesto de la primera
división de la liga Española. El estudio se presentó al Comité de Ética de la Universidad
de Valencia para Estudios Humanos y fue aprobado con el número H1456389710571. El
estudio se realizó durante la temporada de baloncesto 2015/2016, entre noviembre y
mayo. Todos los equipos de la liga ACB (Asociación de Clubs de Baloncesto - Liga profesional
Española) fueron invitados a participar mediante información verbal. Los jugadores
fueron reclutados por los fisioterapeutas de su equipo con el conocimiento y consentimiento
de su entrenador. Tras hablar con los equipos médicos y entrenadores respectivos de
cada equipo, 8 equipos de un total de 16 decidieron participar. Los criterios de inclusión
fueron ser jugador profesional mayor de 18 años y estar en activo. Se excluyeron aquellos
jugadores que padeciesen una enfermedad sistémica, hubiesen tenido cirugía de rodilla
en el pasado, hubiesen recibido fisioterapia invasiva en los últimos tres meses o
tomado antiinflamatorios las últimas 24 horas. También fueron excluidos aquellos que
no pudiesen comunicarse ni en español ni en inglés. Todos los jugadores elegidos fueron
informados verbalmente y por escrito de la propuesta del estudio e invitados a participar
voluntariamente. Además, todos los participantes firmaron un consentimiento informado.
Los jugadores fueron diagnosticados de TR utilizando los siguientes criterios diagnósticos:[8] 1) historia previa de dolor en el tendón rotuliano durante la actividad deportiva
o después de ella, al menos en los últimos 3 meses; 2) sensibilidad a la palpación
del tendón rotuliano en el pico de la rótula; y una VISA-P con valor de 80 o por debajo.
Variables de estudio
La recolección de datos fue realizada por dos fisioterapeutas experimentados entre
12h y 24h antes del partido regular de la liga.
Umbral de dolor a la presión
El UDP de los tendones rotulianos de los jugadores fue medido con un algómetro (Pain Test-Model FPK 40; Wagner Instruments, Greenwich, CT). El dispositivo se aplicó en el tendón a través de su disco de goma de una superficie
de 1 cm2. La algometría fue realizada por el mismo examinador (PMR) en todos los jugadores,
que a su vez estaba cegado con respecto a los valores de VISA-P y de la Escala Visual
Analógica (EVA), los cuales eran tomados por otro examinador (JBM). Los valores del
UDP se tomaron con los jugadores en posición de supino con una ligera flexión de rodillas
de 30 grados mantenidas con el soporte de un mismo cojín en la fosa poplítea. Una
vez que el examinador localizaba el lugar donde el jugador refería mayor sensibilidad
o dolor a la palpación, fijaba la rótula con una mano desde su polo superior y presionaba
con el algómetro aumentando progresivamente 0,1 kg/s la compresión hasta que el jugador
empezó a sentir dolor y lo comunicaba levantando la mano, momento en el cual se dejaba
de presionar quedando registrada la cantidad de presión en ese momento. Se realizaron
dos mediciones en cada punto, separadas entre ellas 60”, tomando como valor final
la media de las dos mediciones.
EVA
Se preguntó a todos los jugadores qué nivel máximo de dolor habían tenido durante
el entrenamiento de baloncesto en la semana anterior, que fue registrado en una escala
visual analógica (EVA) de 11 puntos (0-10). A los jugadores se le enseñó la escala
con dos caras, una feliz en un extremo y otra triste en el extremo opuesto. La escala
estaba calibrada en su cara posterior de 0 (cara feliz) a 10 (cara triste).
VISA-P
El cuestionario VISA-P puede ser usado para cuantificar los síntomas, función, y la
capacidad para realizar actividad deportiva con aquellos que padecen TR.[10] El jugador es sometido a una serie de preguntas donde se valora su capacidad para
hacer ciertas actividades. Cada pregunta es valorada de 0 a 10 puntos donde 10 es
una funcionalidad completa y 0 una incapacidad total. La suma total de las diferentes
actividades cuestionadas nos dará una cifra final de la situación funcional del jugador
siendo 100 la máxima puntuación posible. El cuestionario no fue diseñado para el diagnóstico
de TR pero es una herramienta útil para identificar la severidad clínica, valorar
los síntomas, la función y la participación en el deporte.[3]
[4] Para los jugadores españoles usamos la versión española de la VISA-P,[11] y para el resto se usó la versión inglesa.
Se midieron además otras tres covariables:1) edad (años); 2) altura (cm); 3 peso (kg).
Análisis estadístico
Se utilizó la prueba t para muestras independientes, o test U de Mann-Whitney para
examinar las diferencias entre los grupos de tendones del lado dominante y no dominante
en relación con la presencia o ausencia de TR. Se utilizaron modelos de regresión
lineal múltiple para evaluar las covariables asociadas con las puntuaciones UDP de
ambos lados dominante y no dominante. Los dos modelos fueron producidos por el método
retroactivo y utilizaron un criterio de p < 0,10 para la exclusión del modelo.
Se construyó la curva característica operativa del receptor (COR), con los datos del
área debajo de la curva (ADC), utilizados para determinar la precisión del UDP solo
o combinado con el resto de covariables. Para determinar la puntuación combinada,
se calculó la probabilidad prevista de ser capaz de discriminar entre tendones con
TR y sanos utilizando modelos de regresión logística [con método entero], donde la
variable dependiente fue la TR (sí / no), y las variables independientes fueron la
prueba UDP y el resto de covariables. Además, otras puntuaciones combinadas fueron
consideradas usando sólo un número parcial de covariables y se usó el ADC para evaluar
su precisión discriminatoria. Según autores anteriores,[12] se utilizó un ADC > 0,7 como criterio de buena discriminación.
Utilizando los análisis COR, seleccionamos la mejor puntuación de corte para la prueba
UDP cuando se usó de forma aislada y para una de las puntuaciones combinadas (la más
eficiente, que tenía un ADC > 0,8 usando un menor número de covariables). La mejor
puntuación de corte fue el valor al que se maximizó la sensibilidad + especificidad
-1. Usando esas puntuaciones de corte, se calcularon los valores de sensibilidad (Se),
especificidad (Sp), razón de verosimilitud positiva (LR+) y razón de verosimilitud
negativa (LR-).
El cálculo del tamaño de la muestra se basó en la regla general de que 15 sujetos
por predictor son necesarios para una ecuación fiable en modelos de regresión multivariados.[13] Se reclutó un mínimo de 75 participantes asumiendo un máximo de 5 determinantes.
Todos los análisis se realizaron con el programa de software estadístico SPSS (SPSS
versión 19.0, IBM SPSS, Chicago, Illinois).
Resultados
De los 75 jugadores iniciales del estudio dos fueron excluidos por cirugías previas
en la rodilla. Finalmente fueron setenta y tres los jugadores incluidos en el estudio
y se realizó el análisis de 146 tendones rotulianos. La media de edad de los pacientes
fue de 26,8 años (desviación estándar (DE) 4,8), la media de altura fue 198,1 cm (DE = 8,4),
un peso medio de 95,5 kg (DE = 11,4) y un índice de masa corporal de 24,3 kg/m2 (DE = 1,6). Todos los jugadores podían entrenar y competir.
Un total de 20 tendones (un 13,17% de los 146 estudiados), fueron diagnosticados con
TR y los 126 restantes fueron utilizados como control. Ningún jugador presentó en
el momento del estudio TR en ambas rodillas. Ambas rodillas, la dominante y no dominante,
fueron analizadas por separado para el análisis descriptivo. En ambos casos, ya fuera
en el lado dominante o no dominante, los valores de VISA-P y EVA de los tendones con
TR fueron significativamente diferentes a los de los tendones sanos. Sin embargo,
los valores del UDP de las rodillas con TR solo fueron significativamente más bajos
que los tendones sanos en los del lado no dominante ([Tabla 1]).
Tabla 1
|
|
TR
|
Sanos
|
Diferencia media
TR-Sano (95% IC)
|
|
Dominante
|
N
|
12
|
61
|
|
|
UDP (kg)
|
9,3 (3,1)
|
10,4 (2,5)
|
1,1 (−0,5 al 2,8)
|
|
VISA-P (puntos)
|
69,7 (8,7)
|
97,2 (4,7)
|
27,5 (21,8 al33,1)*
|
|
EVA (cm)
|
3,7 (3,3)
|
0,4 (0,9)
|
−3,3 (−5,4 al −1,2)*
|
|
No-dominante
|
N
|
8
|
65
|
|
|
UDP (kg)
|
7,2 (3,4)
|
10,7 (2,5)
|
3,5 (1,5 al5,5)**
|
|
VISA-P (puntos)
|
73,0 (5,8)
|
97,2 (4,5)
|
24,2 (20,8 al27,6)**
|
|
EVA (cm)
|
3,7 (2,1)
|
0,3 (0,9)
|
−3,7 (−5,1 al −1,6)**
|
Determinantes de los valores UDP
Los modelos predictivos multivariables de los valores de UDP en ambos lados (dominante
y no dominante) fueron estadísticamente significativos (p < 0,05) y determinaron un
17,8% y un 23,1% de la varianza (R2) respectivamente ([Tabla 2]). La altura fue asociada positivamente tanto en el lado dominante como no dominante,
describiendo un porcentaje similar de la varianza (R2 parcial), 8,8% y 7,2% respectivamente.
El valor EVA fue asociado negativamente en ambos lados, definiendo un 7,9% de la varianza
en el lado dominante y un 16% en el no dominante.
Tabla 2
|
Lado
|
Variable
independiente
|
Estimado
|
Error
estándar
|
B
estandarizada
|
Valor P
|
Modelo R2
|
R2 parcial
|
|
Dominante
|
17,8%
|
|
|
Altura (cm)
|
0,09
|
0,04
|
0,29
|
0,008
|
|
8,8%
|
|
Puntuación EVA
|
−0,38
|
0,15
|
−0,28
|
0,012
|
|
7,9%
|
|
No dominante
|
23,1%
|
|
|
Altura (cm)
|
0,09
|
0,04
|
0,27
|
0,013
|
|
7,2%
|
|
Puntuación EVA
|
−0,76
|
0,20
|
−0,40
|
0,000
|
|
16%
|
Exactitud discriminatoria del test solo o combinado
La curva COR y ADC del test de UDP de forma aislada y los valores combinados de las
covariables se muestran en la [Fig. 1]. El ADC para el test del UDP sólo fue 0,713 (95% IC 0,587-0,840), y cuando se combinó
con las covariables significativas (altura y EVA), aumentó considerablemente hasta
0,867 (95% IC 0,759-0,975). Los valores combinados del UDP con sólo la EVA también
ofrecieron un mayor aumento hasta 0,852 (95% IC 0,732-0,973). El ADC de los valores
combinados completos, sin el valor EVA; fue 0,717, lo que supone que el test EVA añade
un valor alto como marcador discriminatorio de TR. Basado en esos resultados, calculamos
el punto de corte óptimo para el test realizado de forma aislada o combinado con el
valor EVA. El punto de corte para una discriminación más precisa de un tendón con
TR fue de 8,8 kg para el test de UDP de forma aislada y del 14% para su combinación
con la EVA. La utilización de la ecuación:
Fig. 1 Curvas COR, con el área debajo de la curva (ADC), se han hecho para el UDP solo y
con la probabilidad predictiva que combina el test y sus covariables para determinar
la tendinopatía rotuliana. Abreviaciones: COR, característica operativa del receptor;
EVA, escala visual analógica; UDP, umbral de dolor a la presión.
introduciendo los valores de UDP y EVA, permite obtener la probabilidad como pronóstico
de la puntuación combinada, de forma que si esta es superior o igual a 0,14, se puede
diagnosticar como TR. Las ratios de sensibilidad, especificidad y probabilidad calculadas
para esos puntos de corte se muestran en la [Tabla 3].
Tabla 3
|
Medidas
|
UDP
|
|
Test solo
|
Valores combinados UDP + EVA
|
|
Sensibilidad
|
71,4
|
80
|
|
Especificidad
|
55,5
|
90,5
|
|
LR+
|
1,59
|
8,42
|
|
LR-
|
0,52
|
0,219
|
Discusión
Según la información de la que disponemos, este es el primer estudio que describe
el valor del UDP en jugadores profesionales de baloncesto con y sin tendinopatía rotuliana.
Nuestros resultados revelan que la altura y los valores de la EVA son factores determinantes
de los valores del UDP y que el UDP no permite discriminar de forma precisa entre
rodillas con o sin TR por sí solo. Sin embargo, la capacidad discriminativa y por
tanto el valor diagnóstico del UDP puede ser mejorada notablemente cuando se combina
con la covariable EVA. En este estudio, encontramos que los valores del UDP no fueron
diferentes al comparar la pierna dominante de jugadores con TR con los valores de
la pierna dominante de jugadores sin TR. La altura tiene mayor capacidad predictiva
en el lado dominante (8,8% y 7,2%) mientras que el valor de la EVA tiene mucha más
capacidad predictiva en el lado no dominante (7,9% y 16%). Aunque de forma especulativa,
esos resultados podrían estar relacionados con adaptaciones en los mecanismos moduladores
del dolor en el lado dominante, sobre el que se presupone más uso y por tanto mayor
número de contracciones musculares capaces de modular el dolor.[14]
[15]
Clínicamente, el valor del UDP para considerar el diagnóstico de TR mostró una calificación
de 8,8 kg en el punto de corte y del 14% para las calificaciones combinadas usando
UDP y EVA. Aunque esos fueron los puntos de corte que permiten diagnosticar TR, es
necesario para realizar un diagnóstico correcto la combinación de esa información
con otras evidencias clínicas.
En nuestra muestra identificamos 20 tendones con TR y 126 rodillas sanas (20 deportistas
con TR contra 53 deportistas sanos), lo que representa una prevalencia de 37,7% de
tendinopatía, ligeramente superior a los resultados obtenidos por Lian y cols. del
31,9% en jugadores de élite.[4] Sin embargo, Zwerver y cols.[3] encontraron, en deportistas que no eran de élite, una prevalencia de TR que oscilaba
entre el 2,5% y el 14,4% dependiendo del deporte que realizaran, y Cook y cols., encontraron
que en jugadores de baloncesto adultos era del 11,8% mientras que en jóvenes menores
de 18 años era del 7%.[16] Las diferencias de resultados dados en nuestro estudio se podrían explicar debido
a las características de la muestra, al tratarse de jugadores de baloncesto profesional
cuyas exigencias de carga son elevadas.
Hoy en día no se puede afirmar que exista una relación directa entre la valoración
de la imagen (ecografía y resonancia magnética) y los síntomas de TR, observándose
que tampoco existe relación entre la cantidad de dolor y el grado de vascularización.[17] Sin embargo, estudios previos muestran que la algometría es una herramienta válida
y fiable en el diagnóstico de la TR.[9] Además la UDP ha mostrado ser el método más fiable para la valoración de la sensibilidad
al dolor, en comparación a otros métodos como la palpación o la escala EVA.[18] Aun así, el punto de corte para las diferentes partes del cuerpo debería ser calculado
para que nos permita una evaluación más específica.[19] De igual modo, cada población debería tener su propio punto de corte, como es el
caso de los jugadores profesionales de baloncesto de nuestro estudio. La sensibilidad
al dolor no es una característica uniforme,[20] por lo que resulta necesario conocer el umbral al dolor de los jugadores profesionales
de baloncesto para poderse utilizar como test diagnóstico en esta población. En relación
a la algometría, Kregel y cols.[8] describieron un UDP medio de 2,2 kg/cm2 en las TR de deportistas universitarios, muy inferior a nuestro resultado de 8,8/cm2 kg encontrado en el mismo tendón. Pensamos que esos datos resaltan la importancia
de usar valores específicos para jugadores profesionales del baloncesto.
El test de UDP no es capaz de discriminar eficazmente la presencia de TR en jugadores
profesionales de baloncesto porque los valores de LR+ (1,59) y LR- (0,52) fueron malos
(LR+ < 2 y LR- > 0,50), a pesar de haber obtenido un valor de ADC superior a 0,7.
La exactitud fue mayor y mejorada positivamente por la inclusión de la covariable
EVA. Cuando, como en ese caso, la exactitud de un test depende de otra covariable,
es común y corriente, ajustarse a esas variables en el análisis estadístico.[21] Aun así, según nuestra información, nuestro estudio es el primero en valorar la
influencia de covariables en la exactitud discriminatoria del test UDP. Aunque el
ajuste de las covariables es una rutina en otras áreas médicas, esa cuestión no está
muy valorada todavía en los test funcionales de la medicina deportiva, ni es común
en estudios terapéuticos y etiológicos, habiendo recibido poca atención en el desarrollo
de marcadores para pruebas o diagnóstico.[13] Nuestro estudio ha puesto la atención en esa cuestión, de tal forma que ha redefinido
nuestro entendimiento con respecto al modo de usar los test funcionales en jugadores
profesionales de forma combinada.
Limitaciones del estudio
El diagnóstico Gold-Standard de TR se basó en un cuestionario (VISA-P) y sensibilidad
a la palpación en el pico de rótula por parte de un fisioterapeuta, no habiendo realizado
un diagnóstico basado en la imagen que podría haber aportado información relevante
para la definición del diagnóstico clínico y categorización del tipo de tendiopatía.
Sin embargo, muchos son los estudios que han realizado la inclusión de pacientes con
TR[7]
[16] a través de un cuestionario que el propio sujeto rellena. Por otro lado, aunque
encontramos determinantes del UDP que mejoraron la discriminación entre rodillas con
o sin TR, es posible pensar que otros factores no tenidos en cuenta en nuestro estudio
(por ejemplo, el sexo), podrían aumentar la capacidad discriminativa de este test.
Para terminar, este estudio solo incluyó jugadores que estaban en condiciones de competir,
por lo que la prevalencia de TR puede que haya sido menor que en otros estudios además
de que se podría haber mejorado la precisión del diagnóstico si se hubiera realizado
el estudio en todo el equipo sin descartar a los que no podían competir. Futuros estudios
podrían analizar el comportamiento de esos mismos tests y la influencia de covariables
en la población femenina, que en nuestro caso se limitó a la población masculina con
el objetivo de evitar sesgos por las diferencias existentes entre sexos en cuanto
a mecanismos de modulación del dolor. En este estudio, investigamos el dolor que produce
la TR en un determinado momento, por lo que investigaciones futuras deberían controlar
prospectivamente y comparar los niveles de dolor a lo largo de la temporada.
Conclusiones
El presente estudio muestra que la medición del umbral de dolor a la presión en el
tendón rotuliano, no es un test recomendable de forma aislada para discriminar la
presencia de tendinopatía rotuliana en jugadores profesionales de baloncesto. Sin
embargo, cuando se utiliza el clúster de UDP y EVA para el diagnóstico de TR en jugadores
profesionales, la precisión diagnóstica aumenta considerablemente. Debido a los buenos
valores de LR+ ofrecidos para el diagnóstico de TR por el clúster UDP y EVA y su sencillez
de aplicación, se recomienda el uso combinado de esas dos variables en la clínica
para diagnosticar TR en jugadores de baloncesto profesionales.