Dtsch Med Wochenschr 1967; 92(35): 1557-1561
DOI: 10.1055/s-0028-1106005
© Georg Thieme Verlag, Stuttgart

Scabies

ScabiesW. P. Herrmann, G. K. Steigleder
  • Universitäts-Hautklinik Köln (Direktor: Prof. Dr. G. K. Steigleder)
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Publication Date:
16 April 2009 (online)

Zusammenfassung

Die Nichtbeachtung der Krätze in der Differentialdiagnose infektiöser Hauterkrankungen hat in der letzten Zeit zu einer Morbiditätszunahme geführt. Die Erkrankungszunahme erklärt sich jedoch auch durch eine infolge wechselnder Durchseuchung sich verändernde Immunitätslage gegenüber der Krätzemilbe, Acarus siro L. Denn zwischen Erreger und Wirt kommt es zu einer immunologischen Auseinandersetzung, obwohl die Milben nur die obersten Hautschichten bewohnen. Die weiblichen Milben graben millimeter- bis ausnahmsweise zentimetertiefe Gänge in die Haut, während männliche Milben und die Nymphen genannten Metamorphosestadien sich nur in den oberflächlichsten Schichten aufhalten. Die Übertragung erfolgt durch intensiven Hautkontakt. Außerhalb der menschlichen Haut sind die Milben maximal zwei bis drei Tage lebensfähig. Die jukkenden urtikariellen oder häufiger papulo-vesikulösen Effloreszenzen finden sich bei Kleinkindern bevorzugt an Handtellern und Fußsohlen, Knöchelregion, Ellenbogengegend und Fingerrücken; bei Erwachsenen auch in Interdigitalräumen, an Handgelenken und in der Genitalregion. Hals und Gesicht bleiben stets frei, außer bei einer Sonderform der Erkrankung, der Scabies norvegica, die in Abhängigkeit von einer besonderen Reaktionsbereitschaft auftritt. Lokalbefund, Kontagiosität und Verteilung der Effloreszenzen lassen die Verdachtsdiagnose stellen. Die Sicherung erfolgt durch Nachweis der Milben nach Ausräumen der Gänge, wobei die weibliche Milbe (3—4 mm) mit bloßen Augen, die männlichen Tiere und Nymphen nur mikroskopisch gesehen werden können. Zur Therapie ist die farb- und geruchlose Jacutin®-Emulsion (γ-Hexachlor-cyclohexan) das mit Vorsicht anzuwendende Mittel der Wahl. Zur Nachbehandlung empfehlen sich Schüttelmixturen, die antibiotisch (Vioform®) oder juckreizstillend (Tumenol-Ammonium) wirken.

Summary

Immunological aspects of scabies are briefly discussed. Clinical and diagnostic features of the disease are described and differences in manifestation between children and adults pointed out. Diagnostic tests are discussed, as are therapeutic aspects (γ-hexachlorocyclochexane is the drug of choice, but must be used with caution). Follow-up treatment is with antibiotics or antipruritic preparations.

Resumen

Sarna

El no tener en cuenta la sarna en el diagnóstico diferencial de las enfermedades infecciosas de la piel ha conducido en el último tiempo a un incremento de su morbilidad. Sin embargo, este incremento se explica también por un estado de inmunidad alternante debido a una propagación cambiante de la enfermedad al acaro de la sarna, acarus siro L.Entonces sobreviene una lucha inmunológica entre gérmen productor y huésped, aunque los ácaros sólo habitan las capas más superiores de la piel. Los ácaros hembras cavan en la piel surcos de un milímetro a, excepcionalmente, un centímetro de profundidad, mientras que los ácaros machos y las ninfas de los llamados estadios de metamorfosis moran sólo en las capas más superficiales. La transmisión resulta por contacto intenso de la piel. Fuera de la piel, los ácaros pueden vivir aún, a lo más, 2 a 3 días. Las eflorescencias de prurito urticarial o, más frecuentemente, pápulo-vesiculosas se encuentran en los niños pequeños, preferentemente, en la palma de las manos y en la planta de los pies, regiones óseas, codos y dorso de los dedos; en los adultos también en los espacios interdigitales, articulaciones de las muñecas y región genital. El cuello y la cara no estaban afectados nunca, excepto en una forma clínica especial, la sarna noruega, que apareció subordinada a una predisposición reactiva especial. El hallazgo local, la contagiosidad y la distribución de las eflorescencias permiten sentar el diagnóstico; pero su seguridad resulta por la comprobación de los ácaros al desalojar los surcos, en los que pueden verse los ácaros hembras (3—4 mm) simplemente con los ojos y los animales machos ninfas sólo con el microscópico. Terapéuticamente, la Jacutin®-emulsión incolora e inodora (β-hexacloro-ciclohexano) es el medicamento de elección, empleándolo con precaución. Para el tratamiento posterior se recomiendan las suspensiones de acción antipruriginosa (Tumenol-Amonium) o antibiótica (Vioform®).

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